Un saludo muy afectuoso a todos. Estamos muy contentos de estar hoy aquí con nuestros queridos amigos participantes en la Mariápolis y también con las personas de Huesca que hoy nos acompañan, para celebrar un Encuentro Musical en este lugar tan maravilloso de la Santa Iglesia Catedral de la Transfiguración del Señor, también conocida como Catedral de Santa María de Huesca.
El título de Transfiguración me trae gratos recuerdos de las dos ocasiones en que he visitado el Monte Tabor, en Israel. La dedicación a Santa María hace presente a nuestra queridísima Chiara que en un escrito que nos dirigió en el 2006 puso esta actividad de los Encuentros Musicales bajo el amparo de María Reina de los Apóstoles. Seguro que ella tiene mucho que ver con que hoy celebremos aquí este acto.
Quiero comentaros brevemente el programa que vamos a ver y escuchar a continuación.
La armonía no es invención del hombre. Es anterior a él. El hombre la descubre de forma práctica y es precisamente la armonía musical la que nos acerca y nos presenta tal cual es el Espíritu de Dios.
El hombre, tras ese descubrimiento de la armonía, consigue componer obras “armónicas” como la que hoy tenemos programada cuyo autor es Piotr Ilich Tchaikowski.
Por su biografía sabemos que Tchaikowski fue una persona que vivió en un continuo dolor y que incluso ese mismo dolor, sobre todo espiritual, lo llevó a la muerte. Tchaikowski, como otros muchos compositores no tuvo una vida ejemplar. Pero sin embargo, como dice Daniel Baremboim, el famoso pianista y director de orquesta en relación a la generalidad de compositores, “no han sido grandes compositores por su vida, sino que han sido grandes compositores a pesar de su vida”.
Chiara Lubich sin embargo, nos da de esta diferencia entre la vida de los artistas y su creación una mejor explicación cuando dice: “basta que el artista haga pasar su alma a través de su obra, porque el alma del artista, aunque sea incrédulo y ateo, es igualmente inmortal. Es inmortal, es espiritual: es una. Yo creo – dice Chiara - que allí está la causa primera de la obra de arte.
Tchaikowski es una vida en el dolor, en la desesperación espiritual absoluta, en el abandono. Y sin embargo, su música es limpia, alegre, festiva, que incita a la danza, que no causa problemas, que eleva el espíritu. Tchaikowski nos da solo la alegría.
Y un ejemplo de esta música que eleva la vamos a vivir ahora mismo aquí con el Concierto para violín y orquesta en re mayor, con un montaje en el que intenté representar la vida que comienza, se desarrolla, pasa por momentos turbulentos, pero vuelve al cauce y se muestra en inmensas diversidades, pero todas bellas, que se mueven bajo la Ley Universal de Dios.
Antonio GrelaHuesca 3 de Agosto de 2010
PROGRAMA:
I - Allegro moderato
"En el amor lo que vale es amar"
II - Canzoneta. Andante
"El que está a mi lado ha sido creado como un don para mi y yo he sido creado como un don para el que está a mi lado. En la tierra todo está en relación de amor con todo, cada cosa con cada cosa. Pero es necesario vivir el Amor para encontrar ese hilo de oro entre los seres"
III - Rondó. Allegro vivaccisimo
"Si nos amamos unos a otros, Dios permanece entre nosotros"
Textos extraídos de los libros "El Arte de Amar" y "Pensamientos", de Chiara Lubich (1920-2008).
Editorial "Ciudad Nueva".