EL DESTINO DEL ÁRBOL Y LA FIGURA DEL HOMBRE (Igino Giordani)

Igino Giordani

El destino del árbol frutal simboliza en cierto modo la figura del hombre, que da fruto en la estación fecunda. Hasta que florece, alrededor del árbol hay cantos y trinos, viento suave y sol; y cuando maduran sus frutos, toda la naturaleza lo envuelve orgiásticamente de calor. Después, los agricultores se retiran a las cantinas y heniles y, tras cierto aliento de vida y de color en otoño, el silencio frío, bajo un cielo plomizo, envuelve el tronco, del que caen las hojas como lágrimas supremas sobre la tierra seca. Y así le sucede al hombre cuando ha pasado la edad del mayor rendimiento. Ilusiones y amistades caen como las hojas, y surge a su alrededor el silencio, y el panorama se vuelve triste: se va quedando poco a poco solo contemplando, como espectador mudo, su propia decadencia que avanza.

Igual que el árbol prepara la nueva primavera en el frío y en la soledad, concentrando savia y calor, también el hombre puede hacer de esa invernal escasez de amigos y de fuerza la concentración de un vigor preñado de una existencia nueva: utilizar ese abandono de los hombres para unirse a Dios, colmar esa desintegración de lo humano con la gracia divina; y así, en el seno de ese silencio agigantado por ingratitud y la avaricia, por encima de la vejez descarnada y fría, llenarse de calor de Dios, ascender interiormente tanto cuando uno desciende exteriormente: dar a los hombres un fruto que no es computable económicamente, pero que se contabiliza en la vida teologal. En el invierno del hombre comienza la primavera de Dios.

Texto extraído del libro “Diario de fuego” de Igino Giordani, (1894-1980), de Editorial Ciudad Nueva.

Igino Giordani nació en Tívoli el 24.09.1894 y falleció en Rocca di Papa (Roma) el 18.04.1980. Es una de las figuras más representativas del “Novecento” para la cultura italiana y para la Iglesia universal. Desde el año 2000 tiene abierta la causa de beatificación.

Este texto lo hemos usado en el montaje del Encuentro Musical nº 153, presentado el 27 de Febrero de 2010, programado con el Concierto para piano y orquesta nº 1 en si bemol menor, Op. 23, de Tchaikowski.

Antonio Grela